Warren Buffett, alguien que no pasa por ser un simple aficionado en el mundo de las finanzas, ha sentenciado que “se necesitan 20 años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla. Si usted piensa acerca de eso, va a hacer cosas de manera diferente”. Algunas de las empresas que operan en España no han tenido en cuenta este sabio consejo del oráculo de Omaha, que pasa por ser una de las tres fortunas más importantes del mundo.
La gestión que han hecho algunas compañías de sus respectivas crisis corporativas ha perjudicado seriamente su reputación. Todavía no han comprendido que el contexto social ha cambiado —en esto parece que hacen siguen la senda equivocada de los partidos políticos—, y que presentar buenos balances no es suficiente para gozar de una buena percepción social. La ciudadanía valora de las empresas la calidad de sus productos, pero también les exige un gobierno ético y transparente y compromisos con la ciudadanía.