El oscuro futuro de los periódicos y la miopía de sus editores

La Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) proclamó a principios de diciembre de 2013 que sus ediciones impresas son “el principal tesoro para construir el futuro” de sus respectivas empresas. Este diagnóstico de futuro se sustenta en un informe sobre la credibilidad de los medios, elaborado por la agencia Carat e incluido en el Libro Blanco 2014, que publica anualmente la patronal de los periódicos españoles.

El análisis de algunos datos permite concluir que ese “tesoro” con el que pretenden construir el futuro es cada día más exiguo. Pero lo peor de todo es que los editores españoles transmiten la sensación de estar profundamente alejados de la realidad y sin ideas para afrontar los retos del sector para los próximos años.

Sostienen los dueños de los diarios españoles que el público en general “no ha dejado de leer periódicos sino de comprarlos”. Como si su crisis fuese un problema de la coyuntura económica que atraviesa el país, que se resolverá cuando España vuelva a ir bien. Pero los datos son demoledores:

  • Desde 2007, el último gran año para la prensa diaria española, los ingresos por publicidad descendieron de 1.461 millones a 551 millones, un 62% menos. Las ventas de publicidad pasaron de significar el 49% del total de los ingresos a representar tan solo el 36%.
  • Las ventas de ejemplares cayeron en el mismo periodo un 37,5%, al pasar de 1.300 a 812 millones. En 2007 estos ingresos representaban el 43% del total, mientras que en 2013 suponen un 54,5%.
  • La audiencia de los diarios, según el EGM, pasó de ser el 42,1% en 2008 —el mejor año de la historia de la audiencia de los diarios— a representar el 32,2% en 2013, un descenso del 23,5%.

Gastos de personal, reducción del 36,6%

Los gastos de los diarios también presentan síntomas preocupantes, ya que los costes de impresión y distribución les restan competitividad frente a otros medios como los diarios online:

  • En 2007, los gastos de personal representaban el 24,8% del total, mientras que en 2013 son el 26%. Tras afrontar profundas reducciones de plantilla la gran mayoría de los diarios, con la expulsión de profesionales de reconocido prestigio por sus propios lectores, la reducción de los gastos de personal es del 36,6% en este periodo al pasar de 650 a 412 millones.
  • El capítulo de “Otros gastos” descendió un 29,4%, al pasar de 999 millones a 700,2. Sin embargo, en 2007 representaban el 38,3% del total de los gastos de explotación, mientras que en 2013 son el 44,15%.
  • Los consumos y aprovisionamientos pasaron de 891 millones a 434, un 44% menos, lo que representa el 27,4% del total de los gastos.
  • En conjunto, los diarios han reducido sus gastos en 1.025 millones de euros desde 2007, al pasar de 2.610 millones a 1.585 millones, lo que supone una reducción del 39,26%. Mientras, los ingresos cayeron en 1.498,4 millones, un 50% menos, al pasar de 2.980 a 1.490,5 millones

Leyendo periodicos /Carl Mydans

Ante esta dura realidad, con pérdida de ingresos por venta de ejemplares y publicidad y la caída de la audiencia, los diarios siguen pensando que el papel es su modelo de negocio, ya que ellos mismos consideran que el futuro está en “nichos de mercado de alto valor añadido, semejante a productos de lujo”. Otra de las ideas que acarician es la de imponer suscripciones digitales en las ediciones online, puesto que consideran que estas cabeceras tienen más credibilidad que los medios nativos de la red.

Si bien es cierto que la prensa y sus cabeceras online tienen más credibilidad que los medios nacidos en la red, la televisión o la radio, los editores deberían contemplar en sus análisis que los hábitos de consumo de información han cambiado rotundamente. La fidelidad a las cabeceras está condicionada por su propia credibilidad, pero también la de sus periodistas y colaboradores, que ponen su marca al servicio de sus lectores.

Un informe elaborado por Estudio de Comunicación para Cinco Días —publicado en las mismas fechas que el Libro Blanco de AEDE— señala que el 54% de los directivos de las grandes empresas españolas consideran que el papel prensa desaparecerá a medio plazo. Entre los que opinan así, el 89% considera que desaparecerá en un plazo de 10 años.

Este estudio subraya que el 75% de los directivos se informa indistintamente a través de soportes digitales o papel prensa, aunque el 18% del total ya solo utiliza la web, mientras que el 6% prefiere solo el papel. No obstante, los directivos consideran que los diarios tienen mayor credibilidad y calidad que sus cabeceras digitales online, que a su vez superan a los medios nativos digitales.

Full length of young men and women holding cellphone

Sin embargo, el dato más alarmante para los diarios es que los directivos —la élite empresarial del país— revelan que ellos no buscan en los diarios en papel las noticias más importantes del día sino “el análisis, al reflexión y la investigación”, frente a otras cuestiones como el placer de leer en papel o conocer las aportaciones de “autores de prestigio”.

Cambio de modelo y estrategia

Es el fin de la batalla por la exclusividad y la primicia, para pasar a aportar otros elementos de análisis de la información, para lo que se necesitan cualificados profesionales de la información. El camino contrario al recorrido en los últimos años por los grandes diarios, que han apostado prescindir de periodistas consolidados y de reconocido prestigio,  para incrementar la nómina de becarios. Algún día estos jóvenes profesionales se convertirán en valiosos profesionales pero necesitan tiempo.

Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo, ya advirtió a sus colegas que están en una situación de “parálisis, pasividad, bloqueo y conformismo” ante el cambio de modelo de negocio del sector”, ya que el “papel no será el principal soporte de distribución” del periódico dentro de unos años.

Pronosticar la muerte de la prensa en un plazo de 10 o 15 años resulta demasiado osado, tal vez. Pero el panorama que se vislumbra es la muerte de muchos periódicos en ese periodo de tiempo. Sobrevivirán algunos —menos de los deseados—, y como producto de calidad, aunque para ello es necesario que los editores cambien su modelo de negocio, ya que las audiencias se reducirán notablemente y también los ingresos por venta de  ejemplares o publicidad. Los anunciantes comienzan a percibir la eficacia de la publicidad en canales online, ya que les permiten llegar directamente a las audiencias objetivo.

Los administradores de los actuales diarios españoles deben pasar de la premisa de cobrar por la información a una estrategia que consista en ofrecer información de calidad por la que sus lectores están dispuestos a pagar. En caso contrario, fracasarán tanto en papel como en la versión online, un entorno en el que los proyectos nativos digitales comienzan a consolidar su espacio, ya que ofrecen calidad suficiente como para ganarse la confianza de la audiencia. Claro que las nuevas tecnologías y soportes nunca podrán sustituir a los diarios de papel en determinadas funciones. 

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